Dragon Ball Z: análisis del segundo ending

El 8 de septiembre de 1993 se emitía por primera vez en las televisiones japonesas el episodio 200 de Dragon Ball Z. Tras unos episodios de introducción, empezaba la saga Buu hasta el capítulo 291, emitido el 31 de enero 1996 que marca el final de la serie. A lo largo de estos 91 episodios el anime se despedía de nosotros con un ending centrado en el personaje de Gohan.

La canción «Boku-tachi wa Tenshi Datta» (Nosotros fuimos ángeles), compuesta por Takeshi Ike, escrita por Yukinojo Mori e interpretada por Hironobu Kageyama, el mismo que presta su voz para los famosos temas «Cha-la head cha-la» y «We gotta power», entre otros. La letra de la canción nos habla de la importancia de la amistad en la vida y recuerda con nostalgia los intentos por hacer del mundo un lugar mejor.

El ending empieza con un plano en el que vemos a Piccolo de fondo que va desapareciendo poco a poco de la izquierda hacia la derecha mientras en el primer plano podemos ver el rostro de Gohan apareciendo desde la derecha hacia la izquierda. Sabiendo que los japoneses leen en ese sentido, podemos interpretar esta secuencia como el lógico paso del tiempo en el que el alumno supera al maestro y sigue su propio camino. Al igual que Piccolo, vemos apareciendo de fondo sus amigos y familiares, pero ningún rastro de Goku. Cambia el plano y nos ofrece una vista del cielo y unas plumas blancas aparecen.

En la siguiente secuencia vemos a Gohan, vestido con su uniforme del Orange High School, paseando delante de un bosque y luego un valle. En ese momento aparecen Trunks y Goten que juegan y corren a su alrededor. Bulma, Chichi y el maestro Mutenroshi le saludan al pasar por delante de él en coche, les persiguen Oolong y Puar aportando así un toque humorístico a la escena.

Vuelve a cambiar el fondo, esta vez un paseo marítimo y podemos ver volando a Piccolo, Yamcha y Krilin (tres personajes que Gohan ha visto morir.), al verlos nuestro joven amigo se apresura a saludarlos. Cambia la perspectiva para ver ahora a Gohan desde arriba, entonces vemos primero su sombra y luego un ala pasar fugazmente ante nosotros y dejar más plumas a su paso. Gohan acelera su carrera mientras mira con un rostro lleno de alegría al cielo y dirige su mirada determinada hacia adelante. En un fondo negro y azul vemos a Piccolo, Krilin , Yamcha y Vegeta sonriendo. Tras esto, volvemos a nuestros mestizos Saiyajin-Terrícolas siguiendo con su carrera, esta vez acompañado por Goten y Trunks. Podemos interpretar esta escena como una alegoría de la vida de Gohan: corriendo tras la sombra y el ejemplo de su padre para luego escribir su propia historia y terminar siendo un ejemplo para los más jóvenes.

Al terminar su carrera, vemos como los tres chicos sonríen mirando hacia arriba, por fin, vemos al dueño de las alas: Goku, que está en el más allá con su aureola y junto al Kaioh, quien nos saluda con una sonrisa que inspira confianza y tranquilidad. En la penúltima escena vemos un primer plano de Gohan, quien se da la vuelta y nos mira con la misma sonrisa que su padre mientras vemos una pluma cayendo desde el cielo. Termina el ending con las siete dragon balls en un suelo rocoso y cuando creemos que la pluma terminará cayendo junto a ellas, entendemos que se encuentran bajo el agua y la pluma blanca se posa en la superficie, escenificando así la frontera invisible que separa ahora a Goku del mundo de los vivos, en la que se encuentran las esferas que representan los sueños y esperanzas que aún les quedan por cumplir a los que siguen con vida.

El mensaje que busca transmitirnos este ending es entender es la evolución de Gohan en el universo de Dragon Ball. Ya no es el pequeño niño asustadizo entrenado por Piccolo, ahora es un joven adulto que ha heredado la responsabilidad de ser el protector de la Tierra. Goku ya no forma parte de este mundo y solo queda su recuerdo y el ejemplo que nos dio a todos. La vida sigue y debemos ir hacia adelante, no recordar con tristeza a los que se fueron sino con cariño. Dragon Ball es una serie que se ha caracterizado por hacer envejecer a sus protagonistas y tal vez por ello nos haya marcado tanto a toda una generación, nos hemos sentido identificados con Goku, Gohan, Trunks o Vegeta porque a lo largo de los capítulos han crecido, aprendido de sus errores, formado familias y superado dificultades, igual que todos nosotros.

Jairo Murcia

Nací, ví Dragon Ball, ví Dragon Ball Z, crecí, algo murió dentro de mí con Dragon Ball GT, maduré. Veo Dragon Ball Super y cuando muera, ¡espero que busquéis las esferas del Dragón!

Un comentario

  1. frank
    17 agosto, 2017

    JAJAJ PERO EN LA ACTUALIDAD

    Responder

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