El episodio 67 de Dragon Ball Super «¡¡Llena tu corazón con nueva esperanza!! Hasta siempre, Trunks» empieza con la desintegración del cuerpo de Zamasu gracias a la espada de Mirai Trunks que, de forma similar a una Genkidama, ha recogido el ki de los supervivientes de la Tierra de su mundo para unirse al ki que envuelve el arma característica del hijo de Bulma. Una vez desaparece la forma física del villano, la paz parece regresar. Sin embargo, un mal aún mayor nace. Se trata del mismo ser divino que se ha transformado en una niebla fucsia que envuelve todo el universo, siendo prácticamente imposible de vencer. Ninguno de los tres saiyans es rival para derrotar a la nube oscura que se esparce como un cáncer por el cosmos. Ante tal desesperación, Son Goku pulsa el botón de auxilio para llamar a su amigo Zen’ō. Este personaje no es el mismo que conoce el saiyan criado en la Tierra, ya que se trata de la versión del mundo de Trunks de este ser todopoderoso.
No obstante, después de saber quién es el responsable del aspecto lamentable de la Tierra decide borrarlo todo. Mientras hace limpieza, Vegeta, Goku, Trunks, Mirai Mai y Bulma suben a la máquina del tiempo para volver al pasado y evitar así ser eliminados. Por su parte, Gowasu y Kaioshin hacen lo propio usando la técnica Kai Kai. Como viene siendo habitual en este arco argumental, los viajeros del tiempo regresan al futuro, suben a bordo de la nave a Zennoh y lo llevan al palacio de su homologo en el tiempo presente de la trama, cumpliendo así la promesa que le hizo Goku a su nuevo amigo. Los dos Zen’ō están contentos de conocerse. Observando la escena se halla Daishinkan cuya identidad es revelada. Es el padre de Whis. Tras esta visita, Mirai Trunks y su pareja suben a la máquina del tiempo hacia una nueva aventura. ¿Qué ocurrirá ahora en Dragon Ball Super? Lo sabremos a partir del próximo episodio que se titula «¡Aparece Shenron! ¿¡Qué deseo será concedido!?» y que se emitirá el próximo domingo a las nueve de la mañana, hora japonesa, en Fuji TV.





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