«¡Rumbo a las vacaciones prometidas! ¡¿El viaje familiar de Vegeta?!» sigue la tónica del episodio anterior en cuánto a dosis de humor y ambiente familiar. El título del capítulo hace referencia a la promesa que le hizo Vegeta a su hijo en el episodio 207 «¡A volar! La técnica de la danza celestial de Videl» de Dragon Ball Z. si Trunks conseguía darle un puñetazo en la cara, le llevaría a un parque de atracciones. En su lugar, el orgulloso príncipe de los saiyans su mujer y su hijo pasan el día en un resort turístico donde irán de compras, comerán platos increíbles y disfrutarán de una noche marchosa. Mientras tanto, Son Goku se desplaza al planeta de Kaiō para iniciar su entrenamiento. Ni siquiera en tiempos de paz descansa en su afán de ser el más fuerte. Por otro lado, en alguna estrella lejana del cosmos el Dios de la Destrucción Beerus y su ayudante Whiss visitan un planeta que es famoso por la carne dinosaurio exquisita que sólo se halla en este lugar del universo. ¿Desaparecerá este cuerpo celeste si no se sacia el apetito de Beerus?
Tras los sucesos durante la larga batalla contra Majin Buu, Vegeta maduró como personaje. Al tener una familia a la que amar y un nuevo hogar que proteger dejó de ser el guerrero sanguinario de corazón frío que era cuando llegó a la Tierra. La bondad de su eterno rival, Goku, causó este cambio en él como se refleja en la reflexión que hace Vegeta en el último asalto contra el malvado monstruo rosa. Algo ha cambiado en él. Una humanidad desconocida ha nacido en su interior. Fruto de esta vuelta de tuerca en su carácter, se entiende por qué descansa de entrenar por un día y realiza lo que le prometió a Trunks. Vivir en tiempos de paz y gozar de buenos momentos con sus seres queridos como uno más lleva a que Vegeta protagonice escenas cómicas surgidas a raíz de la novedad que supone para él tomarse un respiro. Nunca antes lo había hecho.
Él soporta ver cómo los suyos adquieren piezas de vestir en tiendas de ropa, acompañar a su hijo a un parque de atracciones y vivir situaciones a las que no está acostumbrado. En todas ellas demuestra su posado serio y distante. Sin embargo, lo pasa en grande a la hora de comer dado su voraz apetito. En este sentido, los manjares que devora Vegeta están bien diseñados y esconden un punto cómico, ya que en cada plato nuevo hay comestibles de mayor tamaño. La escena memorable de este festín reside en un pulpo cocinado que le escupe tinta al marido de Bulma sin que este pierda los nervios y destruya todo a su paso, lo cual demuestra la evolución del personaje. Lo extraño de su nueva actitud es que incluso su mujer se sorprende de ella, puesto que desconocía que su esposo fuera capaz de pasar tiempo de ocio con su familia y no estar entrenándose para superar a Goku como hace siempre. Aun así, cuando su paciencia llega al límite vuelve volando a su zona de confort. La sala de entrenamiento de su casa. Tiene que ser más poderoso que su eterno contrincante y amigo.
Si bien el episodio se centra más en la trama de Vegeta que en las demás, esto no le resta importancia a las otras líneas argumentales que siguen desarrollándose. Goku aterriza en el planeta de Kaiō para hacerse más fuerte, lo cual genera más humor entre maestro y alumno porque el segundo trata al primero con demasiada familiaridad. Tanto Goku como Vegeta deciden entrenar tras una pequeña pausa propia del período tranquilo en el que viven. No obstante, en algún punto remoto de las galaxias un dios caprichoso ha despertado. Beerus, quien ya apareció en el capítulo anterior, visita planetas que destruye o no según si su exquisito paladar degusta viandas que le satisfagan. En caso de que esto no suceda, el cuerpo celeste explota como sucede en esta ocasión. Los fuegos artificiales producidos por la muerte de este punto brillante del universo sirven para que Beerus recuerde que soñó con un ser extraordinario que cree que se llama Super Saiyan God. Ahora su meta es batirse en duelo con este desconocido individuo.
El despertar de Beerus ha sido percibido por el Rō Kaiō Shin que teme lo que sucederá mientras el Dios de la Destrucción de un garbeo por las estrellas. A partir de este momento de la trama empieza a reescribirse el argumento de la película Dragon Ball Z: Battle of Gods. Por ello, todo lo que aparece en el film volverá a suceder de una forma u otra. ¿Tendrá Beerus un combate apasionante con el Super Saiyan God? ¿Su aparición romperá la paz en la Tierra? La respuesta a estas preguntas llegará en la próxima entrega de Dragon Ball Super titulada «¡¿A dónde llevará este sueño?! ¡En busca del Super Saiyan God!».
Fuente imágenes: galería fotográfica de JacobYBM






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